Ciencias de la Salud
Artículo de investigación
Actividad física en el adulto
mayor
Physical activity in the elderly
Atividade física em idosos
Pabel Joao Guerrero-Pluas III guerrero-pabel3364@unesum.edu.ec https://orcid.org/0000-0001-5589-0803
Correspondencia: katalejandra@hotmail.com
*Recibido: 23
de julio 2021 *Aceptado: 20 de
agosto de 2021 * Publicado: 09 de
septiembre de 2021
I.
Estudiante en
la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Provincia de Manabí, Ecuador.
II.
Estudiante en
la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Provincia de Manabí, Ecuador.
III.
Estudiante en
la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Provincia de Manabí, Ecuador.
IV.
Estudiante en
la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Provincia de Manabí, Ecuador.
Resumen
El
estudio de la calidad de vida en ancianos reviste una gran importancia con
vistas a mejorar los niveles de salud de este segmento de la población, y es
que la tercera edad abarca una época bastante amplia de la vida de un ser humano
y la actividad física es una estrategia que permite mejorar la calidad de vida
de esta población. El presente artículo tiene como objetivo dar a conocer la
importancia de la actividad física en personas de edad avanzada. El diseño
utilizado en esta investigación embarga una investigación científica y
exploratoria ya que obtuvo información veraz de páginas como Scielo, Dialnet, OMS, Elsevier, entre otras, por cuanto se aplicó el método
descriptivo y deductivo. La actividad física posee un papel preponderante como
determinante de la calidad de vida en los adultos mayores.
Palabras claves: Calidad de vida; salud;
ejercicio; adulto; actividad.
Abstract
The study of the quality of life in the elderly is of
great importance with a view to improving the health levels of this segment of
the population, and the fact is that the elderly cover a fairly wide period of
the life of a human being and physical activity It is a strategy that improves
the quality of life of this population. This article aims to raise awareness of
the importance of physical activity in elderly people. The design used in this
research overwhelms a scientific and exploratory investigation since it
obtained truthful information from pages such as Scielo,
Dialnet, WHO, Elsevier, among others, since the
descriptive and deductive method was applied. Physical activity plays a
prominent role as a determinant of quality of life in older adults.
Keywords: Quality
of life; health; exercise; adult; activity.
Resumo
O estudo da qualidade de
vida em idosos é de grande importância tendo em vista a melhoria dos níveis de
saúde deste segmento da população, e o fato é que os idosos abrangem um período
bastante amplo da vida de um ser humano e físico. atividade É uma estratégia
que melhora a qualidade de vida dessa população. Este artigo tem como objetivo
sensibilizar para a importância da atividade física na pessoa idosa. O desenho
utilizado nesta pesquisa supera uma investigação científica e exploratória,
pois obteve informações verídicas de páginas como Scielo, Dialnet, OMS,
Elsevier, entre outras, desde que foi aplicado o método descritivo e dedutivo.
A atividade física desempenha papel de destaque como determinante da qualidade
de vida em idosos.
Palavras-chave: Qualidade
de vida; saúde; exercício; adulto; exercício.
Introducción
La calidad de vida es la percepción que
un individuo tiene sobre su vida, desarrollada en el contexto de la cultura,
los valores y las normas en las que vive y se alinea con sus metas y
expectativas. Es un concepto muy amplio y está profundamente influenciado por
la salud física, el estado psicológico, el grado de independencia del individuo
y su relación con los factores sociales y económicos esenciales del entorno
(Fernández et al., 2017).
La actividad física de las personas
mayores es un estilo de vida saludable muy importante en la sociedad, ya que el
ejercicio y el deporte son eficaces para prevenir, tratar y recuperarse de
enfermedades y conducir a una buena salud. La mayoría de la gente tiene alguna
idea de los beneficios de la actividad física. Sin embargo, no está claro cómo
esto se relaciona con el funcionamiento físico y social, la vitalidad para
realizar las actividades diarias y su relación con la alimentación. Por lo
tanto, se proporciona un análisis del estado de actividad física de los
ancianos y se presentan algunos de los principales hallazgos de la encuesta
realizada en la ciudad de Monterey (Ceballos, Álvarez, & Medina, 2016).
La tercera generación abarca una gama
bastante amplia de la vida humana y se puede decir que esta etapa comienza a
los 60 años de edad. El proceso de envejecimiento depende de las decisiones
genéticas, los hábitos y el estilo de vida de cada individuo. Estos
determinantes son la importancia de distinguir la edad biológica de la edad
cronológica, que está relacionada con la calidad de vida (Cavalli
et al., 2016)(Pancorbo, 2016).
A lo largo de la historia de la
humanidad ha buscado una fuente incesante de juventud. El avance de esta
investigación sobre el genoma humano puede traer nuevas esperanzas, pero
también se basa en los sueños de una mente y un cuerpo sanos en la vejez
(Valdebenito, 2017). Durante las últimas décadas del siglo XX, la esperanza de
vida ha aumentado drásticamente gracias a los avances de la ciencia y la tecnología.
La longevidad se entiende como el tiempo en el que podemos vivir y se expresa
en esperanza de vida. La longevidad se refiere al potencial de vida calculado
para el hombre, es decir, lo que está marcado. El reloj biológico de la célula.
El fenómeno largamente esperado de la humanidad es que en los primeros 50 años
de este siglo, está por encima de los 80, 85 y posiblemente hasta 120 años en
términos de genética (González, 2016b).
La autonomía de las personas mayores
está ligada a su calidad de vida. Se trata de la defensa, guardiana y pionera
de este órgano y sistema de autonomía. Es decir, ajustándolo, las
articulaciones adultas. Sin embargo, la fortaleza del hígado musculoesquelético, que afecta la calidad ósea, la postura,
el comportamiento motor, la imagen, etc., está íntimamente relacionada con la
calidad de vida de las personas mayores (Santos & Cando, 2015). La
actividad física ofrece una serie de beneficios que ayudan a prevenir el
proceso de envejecimiento, reduciendo el estado funcional de las personas
mayores, previniendo el aislamiento social y mejorando su calidad de vida. Se
ha demostrado que el entrenamiento físico para los ancianos logra un 20-30% del
tiempo de ejercicio y un VO2 máx. (“COPD Treatment - Wei Institute,” n.d.).
El sedentarismo es una de las causas
más comunes del desarrollo de muchas enfermedades, acelerando el proceso
degenerativo y provocando pérdidas que afectan el nivel óptimo de capacidad de
funcionamiento. El estado de salud, los hechos obvios para las personas mayores,
su edad y las influencias de los antecedentes culturales a lo largo de la vida
están asociados con el ejercicio.
En este artículo se describe la
importancia de la actividad física en las personas mayores, evitando
enfermedades y mejorando la calidad de vida. Por otro lado se cumplirán con
objetivos específicos como el detallar las actividades físicas en esta edad y
el analizar el efecto que ocasionan estas actividades durante a corto y largo
plazo, esto ya que en la actualidad la actividad física se ha convertido en un
sinónimo de vida saludable considerando que a cualquier edad esta debe ser
practicada de forma permanente, razones por las que la OMS, plantea que los
beneficios de la buena práctica de la educación física en edad avanzada reduce
el riesgo de sufrir algunas enfermedades, siempre y cuando se adopten
estrategias específicas y se realicen adecuadamente.
Desarrollo
Adultos
mayores
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la
Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2006) abordan el proceso de este
cambio en personas mayores funcionalmente sanas con niveles adecuados de
tolerancia, respuesta funcional y satisfacción personal. Se define como una
persona mayor que puede (Ceballos, Álvarez, & Medina, 2018).
Actividad
física
La OMS define la actividad física como los
movimientos corporales producidos por los músculos esqueléticos que consumen
energía. La actividad física se refiere a todos los movimientos hacia o desde
un lugar en particular o como parte del trabajo, incluso durante el tiempo
libre. La actividad física moderada e intensa mejora tu salud (OMS, 2020).
La actividad física adecuada y regular, incluida la
actividad física intensiva en energía, incluye muchos trastornos no
transmisibles como presión arterial alta, enfermedad coronaria, accidente
cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama, cáncer de colon y depresión. Puede
reducir el riesgo de falla. Otros beneficios relacionados con la actividad
física incluyen una mejor salud funcional y ósea (OMS/OPS, 2020).
Tipos de
ejercicios
Existen cuatro tipos de ejercicios que son
importantes en los adultos mayores:
·
Actividades
de resistencia: caminar, nadar y andar en bicicleta aumentan la resistencia y
mejoran la salud cardíaca y cardiovascular.
·
Ejercicios
de fortalecimiento: desarrolla tejido muscular y reduce la pérdida de masa
muscular relacionada con la edad.
·
Ejercicios
para estirar los músculos: ayuda al cuerpo a volverse ágil y flexible.
·
Ejercicios
de equilibrio: para reducir el riesgo de caídas (SN, 2017).
Niveles
de actividad física
La actividad física se puede dividir en tres
niveles: leve, moderada y energética.
·
Actividad
leve: no está sentado, acostado o descansando en una actividad tranquila. Puede
que no esté haciendo un esfuerzo, pero no está activo. Ejemplos de actividades
tranquilas incluyen lavar los platos, dar un paseo lento, preparar comidas y
hacer las camas.
·
Actividad
moderada: durante los períodos de actividad moderada, la frecuencia
respiratoria aumenta. Pero puedes hablar sin quedarte sin aliento. Caminar es
una actividad buena y humilde. Otros ejemplos incluyen bailes de salón, remo y
jardinería.
·
Actividad
enérgica: durante una actividad intensa, el corazón late rápidamente,
provocando disnea y sudoración. Normalmente no puedo decir mucho. Las
actividades extenuantes incluyen correr, saltar la cuerda y nadar (ASCO, 2019).
Beneficios
de la actividad física
La actividad física debe ser valorada en proporción
al ejercicio físico que se ejecute, bajo la guía de un profesional.
Los beneficios de que las personas mayores
participen en la actividad física incluyen mejores habilidades de autogestión,
una mejor integración del mapa corporal y un mejor bienestar (Díaz, Díaz,
Acuña, Donoso, & Nowogrodsky, 2017). En general,
mantener las sensaciones con más atención, promover las relaciones
intergeneracionales, mejorar la comunicación social y la participación social,
generar cambios positivos en el estilo de vida, mejorar la calidad del sueño y
reducir la ansiedad, el insomnio y la depresión (MedlinePlus,
2017). Reduce, mejora la capacidad intelectual, contribuye en gran medida al
equilibrio psicológico, previene caídas, aumenta la capacidad aeróbica, la
fuerza y la flexibilidad, reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular y hace
que el corazón se contraiga de manera más eficaz, detiene la atrofia de los
músculos, promueve la movilidad articular, aumenta la excreción de colesterol,
reduce el riesgo de aterosclerosis (Oviedo, Nuñez,
& Coto, 2017).
Aumento del tono y la masa muscular y, por tanto, de
la fuerza; mejorar la hemodinámica y la dinámica respiratoria y su eficacia;
hipotensión prevención de aterosclerosis, hiperlipidemia y osteoporosis; ayuda
a controlar la diabetes. Además de aumentar la flexibilidad, el equilibrio y la
movilidad de las articulaciones (Barrios, Borges, & Cardoso, 2018).
Por otro lado, algunos de los beneficios que
experimentan las personas mayores son dejar de fumar o reducir el consumo de
drogas, mejorar los síntomas, mejorar la regulación del sueño, aumentar la
seguridad frente a las drogas, las caídas, las distracciones y las relaciones
interpersonales (Sánchez, 2016).
Riesgos
de la actividad física
En general, los beneficios de la actividad física
superan con creces los riesgos para el corazón y los pulmones. En raras
ocasiones, la actividad física causa problemas cardíacos. Estos problemas
incluyen arritmias, paros cardíacos repentinos y ataques cardíacos. A menudo
ocurren en personas que ya padecen una enfermedad cardíaca (NIH, 2019).
Los adolescentes y adultos jóvenes con cardiopatías
congénitas tienen un mayor riesgo de problemas cardíacos debido a la actividad
física. El término "congénito" se refiere a un problema cardíaco que
existe desde el nacimiento. La cardiopatía congénita incluye la miocardiopatía
hipertrófica, la cardiopatía congénita y la miocarditis. Las personas con estas
afecciones deben preguntar a su médico qué tipo de actividad física pueden
realizar de manera segura (CDC, 2020).
En ancianos, el riesgo de desarrollar problemas
cardíacos relacionados con la actividad física está relacionado con la
enfermedad coronaria. Las personas con enfermedad coronaria tienen más
probabilidades de sufrir un ataque cardíaco cuando hacen ejercicio que cuando
no lo hacen (MSP, 2020).
Envejecimiento
y deterioro físico
Con el envejecimiento de la población, existen
muchas restricciones a lo largo del tiempo, y la dependencia de las personas
mayores tiende a aumentar (Escalante, 2018). La edad conduce a la debilidad
física, que siempre puede retrasarse manteniendo una rutina de ejercicios,
teniendo en cuenta los límites individuales del paciente. Por supuesto, el
ritmo de vida de las personas mayores está cambiando y no pueden moverse a la
misma velocidad y agilidad que antes. Pero eso no significa que no funcionen
del todo. De hecho, se les anima a continuar con sus actividades diarias tanto
como sea posible (SN, 2019).
Factores
que aceleran el envejecimiento
·
Alimentación
excesiva.
·
Stress.
·
Hipertensión.
·
Tabaquismo
y alcoholismo.
·
Obesidad.
·
Soledad,
poca participación socio laboral.
·
Sedentarismo.
·
Poca
actividad física (González, 2016a).
Factores
que retardan el envejecimiento
·
Sueño
tranquilo.
·
Ejercicio
corporal continúo.
·
Buena
nutrición.
·
Participación
socio laboral (González, 2016a).
Metodología
Diseño de la investigación
El presente artículo
embarga una investigación científica y exploratoria ya que se pretende obtener
información veraz y actual, para entender, y analizar los conocimientos acerca
de la buena práctica de la actividad física en personas de edad avanzada.
Objetivo
Conocer la importancia que ejerce la
actividad física en los adultos mayores evitando con esto enfermedades y
mejorando la calidad de vida.
Pregunta de investigación
¿Cuál es el efecto que se origina de la actividad física en los adultos
mayores?
Variables de estudio
Para la búsqueda de la
información se usó las siguientes variables:
Variable dependiente: Salud.
Variable independiente:
Actividad física.
Variable intervinente: Adultos mayores.
Criterios de
elegibilidad
Se eligieron 28 artículos originales, de
revisión, y guías de información sobre la actividad
física en los adultos mayores, que tengan menos de 5 años de publicación. Se excluyó los artículos que tengan más de 6
años de vigencia.
Fuentes de información
Para la localización de la información
se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos como Scielo, Organización Mundial de la Salud (OMS), Elsevier, National Institutes of Health (NIH),
American Journal Of Preventative,
Scielo, Dialnet, entre
otras, utilizando las palabras claves o términos de búsqueda: Actividad física, ejercicio, salud, adultos mayores.
Selección de estudios
Basado
en la lectura de los resúmenes obtenidos en la búsqueda bibliográfica, se
seleccionaron los artículos originales que incluían algún tipo de información
más reciente sobre la importancia de la actividad física en los adultos mayores.
Proceso de recolección
de datos
Una vez seleccionados los artículos,
todos ellos fueron evaluados de manera independiente, se consignaron las
características básicas de publicación (año, revista, país en el que se
desarrolló el estudio y tipo de perspectiva de sistema de salud, conflicto de
interés), las características de diseño de los estudios, los resultados y sus
conclusiones
Síntesis de los
resultados
Los artículos
originales y guías fueron analizados y se consignaron el número de artículos
incluidos, se realizó el análisis respectivo y conclusiones del artículo de
revisión respondiendo a la hipótesis de investigación.
Merellano, en su investigación con el tema “Condición física, independencia
funcional y calidad de vida relacionada con la salud en adultos mayores”
realizó un estudio con más de 400 adultos mayores y demostró la importancia de
la actividad física para lograr una adecuada calidad de vida. Este estudio
evaluó la calidad de vida mediante un cuestionario de salud creado por el Grupo
de Investigación de Calidad de Vida Relacionada con la Salud del Grupo EuroQol. Como parte de esto, la función física se
evaluó utilizando la Escala Física Internacional. Las condiciones físicas
incluyen la prueba de bipedestación (mide la fuerza de la parte inferior del
cuerpo), la prueba de agarre (mide la fuerza de la parte superior del cuerpo),
la prueba de sentado y de extensión de la silla (evaluación de la flexibilidad
de la parte superior del cuerpo), la prueba de rascado de espalda sirve para evaluar
la flexibilidad de la parte superior del cuerpo). Todas estas pruebas se
realizaron entre las 9:00 y las 13:00 horas después de un calentamiento de 5
minutos que incluyó movimiento y estiramiento (Merellano, 2017).
Bravo Ponce,
en su estudio con el tema “Influencia de un programa de actividad física sobre
los procesos cognitivos de las personas mayores de 60 años”, probó un programa
de actividad física sobre la condición física y la función cognitiva en
voluntarios mayores de 60 años. Este programa de entrenamiento funcional se
aplica en cinco sesiones semanales de 50 minutos durante ocho semanas
consecutivas. Las evaluaciones físicas incluyen la evaluación de la fuerza
(piernas y brazos), la flexibilidad de los isquiotibiales
y los hombros, la agilidad y el equilibrio dinámicos y la resistencia aeróbica
(prueba de condición física premium). La intensidad y
dificultad del programa aumentará gradualmente con la condición física de cada
participante. El proceso cognitivo se evaluó mediante pruebas de tiempo de
reacción simple (TRS) y tiempo de reacción selectiva (TRE), que básicamente
miden el tiempo de reacción. Este estudio mostró que la mejora en el
procesamiento cognitivo fue mayor en el grupo de estudio que aplicó el programa
de ejercicio funcional de 8 semanas en comparación con la mejora obtenida en el
grupo control que recibió el programa de ejercicio convencional (Ponce, 2016).
En un estudio canadiense, las personas adultas
mayores con riesgo de desarrollar diabetes tipo II pudieron reducir su riesgo
en un 58% con ejercicio moderado durante 30 minutos al día y un peso corporal
de 57 µl. Para las personas mayores de 60 años, el riesgo se puede reducir en
un 71%. La actividad física es muy importante para controlar la diabetes. La
participación en programas regulares de actividad física puede mejorar los
niveles de azúcar en sangre en personas mayores con diabetes (Powers, 2017).
Vicentini, en su revisión narrativacon
el tema “Actividad física y calidad de vida en el adulto mayor”, realizó un
estudio piloto con 120 personas mayores de entre 60 y 70 años divididas en tres
grupos. Un grupo hizo aquagym. El otro grupo realizó
entrenamiento con pesas tradicional (entrenamiento de fuerza) y la tercera
actividad física comúnmente practicada en la Academia Brasileña del envejecimiento.
El período de estudio duró 3 meses y la frecuencia de ejercicio fue de 2 veces
por semana. Todos los participantes, especialmente los del grupo de
entrenamiento de fuerza, mostraron una mejora en la prueba de calidad de vida
aplicada, WHOQOLOLD (AR, 2018).
La Organización Mundial de la Salud, en estudios
realizados han podido demostrar que las personas mayores que hacen ejercicio
con regularidad tienen un menor riesgo de morir de enfermedad coronaria,
hipertensión, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2, cáncer de colon y
cáncer de mama. Al mismo tiempo, logran un mejor funcionamiento y una mejor
composición corporal de los sistemas cardiovascular y muscular. Las personas
que entrenan después de los 65 años tienen una buena salud funcional, un bajo
riesgo de caídas y un buen mantenimiento cognitivo (OMS, 2019).
El ejercicio físico se considera un arma secreta
para sentirse bien, vivir más y ralentizar el proceso de envejecimiento. Además, previene la diabetes, las
enfermedades cardiovasculares y forma parte del tratamiento de la artritis, la
ansiedad y la depresión, que son problemas de salud habituales en los ancianos.
El movimiento mejora la calidad de vida de esta población y le permite volverse
más autónoma. Para las personas mayores, es importante tener en cuenta que la
actividad física incluye actividades recreativas o turísticas como senderismo, ciclismo,
jardinería, juegos, deportes y tareas del hogar, como el programa de ejercicios
(SN, 2018).
La actividad
física regular reduce el riesgo de enfermedad y contribuye a una salud mental
óptima y una mejor calidad de vida. Un estilo de vida sedentario es un factor
de riesgo importante de muerte prematura por enfermedades no transmisibles como
diabetes, enfermedades cardíacas, enfermedades respiratorias y cáncer. La actividad física puede mejorar la salud
física y mental en general, mejorar la productividad y prevenir determinadas
enfermedades provocadas por los hábitos laborales a través de las pausas
laborales y otras actividades. A continuación, se presentan cinco estrategias
para mantenerse físicamente activo en su espacio de trabajo.
Los adultos
tendrían al menos 150 minutos (2 horas 30 minutos) a 300 minutos (5 horas) de
presión arterial promedio, o 75 minutos (1 hora 15 minutos) a 150 minutos por
semana, (2 horas) 30 minutos) minutos) para hacer la combinación equivalente de
presión arterial de alta intensidad cada semana o actividad aeróbica de
intensidad moderada a alta, en ejercicios físicos. Los adultos deben seguir
estas recomendaciones durante toda la semana para obtener importantes
beneficios para la salud. Existe una relación dosis-respuesta y trotar con
presión arterial alta proporciona un beneficio adicional cuando la presión
arterial promedio excede los 300 minutos (5 horas) por semana.
Del mismo modo, se pide a los adultos que
participen en actividades de desarrollo muscular de intensidad media o superior
que involucren a todos los grupos musculares principales al menos 2 días a la
semana. Además, debe trabajar en actividades de equilibrio, ejercicio aeróbico
y desarrollo muscular.
Las
recomendaciones de la OMS son que para aprovechar al máximo un entrenamiento,
las personas mayores deben dedicar el doble del tiempo estipulado en las
recomendaciones mínimas, que es una semana de ejercicio aeróbico o actividad
física moderada. Señale que esto debería tomar hasta 300 minutos.
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